Hacia la libertad
Del domingo, 13 de julio de 2008
Por momentos me apena que Tekila, mi adorada bretón, esté obligada a vivir en un departamento, encarcelada, apenas con un par de ventanas por donde observar la libertad a través de rejas de acero. No tiene de qué quejarse (de hecho, no se queja): otros perros sufren el calor sin ventiladores y el frío en una esquina, duermen en veredas, comen lo que encuentran. Pero hay veces en que la libertad, tan cercana, es un sueño lejano. Se le nota en los ojos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios on "Hacia la libertad"
Publicar un comentario