Simón duerme

Cayó como muerto, como si Morfeo lo hubiese sorprendido en un instante fatal en que no hizo tiempo a salir del auto ni a acomodarse en el asiento. Ahí quedó Simón, como si fuese lo más normal del mundo, culo al norte, las manitos para arriba, en el descascarado Citröen con la puerta abierta. ¿Y si alguien se lo roba? No, al Citröen no, a Simón.

Payasadas

Mirá, qué colorido. Sacame una foto ahí, aunque no sé si se va a ver algo más que la pared. ¿Y si hago poses raras, payasadas? Voy a imitar al tipito ese. Mirá, justo tengo el mismo color. ¿Se ve el tipito? ¿Segura? Que no se vea todo el mural, solamente el chabón. Y yo, claro. ¿Listo? ¿Segura que estamos los dos? ¿A ver, me mostrás? Quedó buena, ¿no?

El peor lugar

Una fotografía es luz. Sin luz no hay foto. Pero probablemente poco le interese la técnica a este grupo de chicas que, en el mejor horario y lugar, eligió retratarse en plena sombra y con un kiosco de revistas de fondo. Si la buscan, probablemente encuentren esa foto horrible en algún fotolog.

No, no, no...

Sí, es una foto chancha. Pero es una denuncia flagrante: somos muy pocos los dueños de perros que nos hacemos cargo estoicamente de las inevitables deposiciones diarias de nuestras mascotas. Y yo ni siquiera tengo un celular para disimular.

Esa luz

Eleonora no tiene buena performance con poca luz, es el problema de algunas Nikon compactas. Wendolin se había quedado en casa, ella suele comportarse mejor cuando la tarde empieza a hacerse noche. Justo a la hora en que los edificios de Córdoba y Corrientes empiezan a acercarse a la Bolsa de Comercio, y se quedan ahí, casi encima, todos apretaditos. A lo mejor esa luz les da alguna ilusión de tibieza en el frío de la noche.

¿Te vas sin mí?

Tekila no suele aceptar que el resto de la familia tiene derecho a salir de la casa sin su compañía.

Polvillo

Todo en mi casa es fantasmagórico por estos días. No existe fenómeno sobrenatural que provoque tanto estrés como tener un albañil como invitado permanente. El polvillo deja fantasmas por cada rincón. Va a quedar linda Ernestina (así se llama mi casa, departamento E), pero el precio a pagar es muy caro. Muy.

Capital

Allí trabajo. Allí abajo, adentro, cinco días a la semana, cuarenta y ocho semanas al año. Cerca de trescientos treinta días por año entro por la puerta y allí arriba, empotrado entre las orgullosas columnas, dice La Capital. Nunca antes lo había visto hasta que saqué la foto.

Sarmiento vigila

Sarmiento vigila su plaza, la que lleva su nombre, en pleno centro de Rosario. Todo parece estar tranquilo.

Descanso amarillo

El casco quedó descansando en lo que pronto será una discreta ventana, sin cemento a la vista, con un marco recién pintado y, probablemente, cortinas a tono. Y ya no va a haber obreros ni cascos amarillos.

Cartera de paseo

Claudia, yo, la cartera y Eleonora (mi cámara) salimos a tomar algo. El espejo le da una nueva forma a la cartera.

Cruce

Tengo una especial predilección por descubrir lo que pasa por encima de las cabezas. Y el cielo diáfano es el mejor amigo de las fotografías.

Resaca

Cuando la resaca ataca, lo mejor es dormir la mona. No importa el momento ni el lugar. Pero lo mejor es estar paseando por bulevar Oroño y, cámara en mano, encontrar a un desprevenido borracho que no puede defenderse de una fotografía.

Jugar con agua

Me gusta cuando Tekila se empecina en tomar agua desde cualquier chorro. Pero lo que más me gusta es cuando las gotitas quedan congeladas en el aire por culpa de una foto.

Arriba

Desde arriba el mundo se ve distinto. Es más excitante, las fronteras se desdibujan, nada parece imposible. Desde abajo el mundo se ve más acotado, más monótono. Y cuando los de abajo miramos a los de arriba sólo vemos el cielo y alguien que en apenas un instante podría terminar tan abajo como nosotros, con consecuencias tremendas.

Alerta junto al peligro

Me gustó la imagen tierna del perrito con esa remera, junto al cartel de peligro. Podría haber conseguido un óptimo resultado con un mejor encuadre, un poco de foco y un día soleado.

Monumento ardiente (outtake)

El Monumento a la Bandera es una tentación para cualquiera que lleve una cámara encima, pero quise evitar una foto de tarjeta postal. Apelé a un recurso que suele dar buenos resultados para lograr una toma original: la llama votiva en primer plano me garantizaba cierta imprevisibilidad. Me costó decidirme: en esta imagen se nota claramente la forma del Monumento distorsionado, al contrario de la que subí a Flickr.

Hacia la libertad (detalle)

Hay momentos en que la libertad, tan cercana, es un sueño lejano detrás de unas rejas de acero. Se le nota en los ojos.

Hacia la libertad

Por momentos me apena que Tekila, mi adorada bretón, esté obligada a vivir en un departamento, encarcelada, apenas con un par de ventanas por donde observar la libertad a través de rejas de acero. No tiene de qué quejarse (de hecho, no se queja): otros perros sufren el calor sin ventiladores y el frío en una esquina, duermen en veredas, comen lo que encuentran. Pero hay veces en que la libertad, tan cercana, es un sueño lejano. Se le nota en los ojos.

Universos misteriosos

Me recuerda a esas imágenes de la superficie marciana. El macro devela mundos extraños, impensados, que conviven con nosotros aunque (casi) no los veamos.

La escasa profundidad de campo parece dejar al cienpiés en una transición entre nebulosas.

(nota: dice Vallejos que no es cienpiés, sino un milpiés, "un bichito mucho más tímido")

Una esquina, dos mundos

Dos pruebas con un falso ojo de pez, apenas una mirilla de puerta apoyada sobre el lente de la cámara que permite una visión de 180º y simula un fisheye. Ambos disparos fueron realizados desde la escalinatas de la Bolsa de Comercio, en Corrientes y Córdoba, apuntando hacia el cielo.

Estoy convencido de que hubiese obtenido mejores resultados con un verdadero ojo de pez, pero es lo que hay...

La imagen nocturna fue sacada con Eleonora, mientras que a toma de la tarde nublada fue hecha con Wendolin.

Edificio en edificio

Edificio en edificio (en Flickr)

Siempre me gustaron las imágenes que muestran lo que no son. La escalera del edificio trepa por el edificio reflejado en el edificio. Las ventanas devuelven una imagen distorsionada de lo que se sabe que no está ahí, pero está ahí nomás, enfrente.

Siempre escribo textos pretenciosos en Flickr:

"Cuadro dentro de cuadros, el espejo que se mira en el espejo."

Entre las piedras de don Justo José

Un pequeño tour fotográfico por el palacio San José, en Entre Ríos, realizado en marzo de 2007 junto a Miguel (¡no tiene blog! ¡Hereje!), Juan (ahora está más esbelto) y César (ese no tiene arreglo y su flog está bastante desarreglado).

Los tres andando por el sendero de piedras me dan como una sensación de tres dimensiones. ¿No? Bueno, a lo mejor no. 

Blanca radiante

Una panorámica del cerro Catedral, en Bariloche, hecha a mano, sin trípode, tan sólo con el asistente de la Nikon, en este caso una Coolpix L11 que Juancete me prestó para mis vacaciones de invierno de 2007. Por supuesto, recomiendo un clic sobre la imagen para verla en 1600 pixels de ancho. Para pegar las doce imágenes usé el ArcSoft Panorama Maker 3.

Camino al cielo

¿Tan azul estaba el cielo aquella mañana? Sé que era de mañana pero, ¿cuánto hace? ¿Era verano todavía, o esta primavera que no termina nunca? ¿Qué iglesia es? Probablemente sea la de Mendoza y Corrientes, y la cabecera exif del JPG asegura que fue tomada el 25 de mayo. Es el problema de disparar tantas fotos: hasta el fotógrafo más memorioso pierde la noción del tiempo y el espacio. La fotografía digital es un camino de ida.

Las luces de Arpoador

Las luces de Arpoador (en Flickr)

Me encantan las fotos en que las personas parecen fantasmas y el entorno permanece inalterable. Me encanta como responde Wendolin con poca luz. Me encanta Rio de Janeiro. Me encanta Arpoador.

Siempre escribo textos pretenciosos en Flickr:

"La luna es apenas una lucecita más sobre Arpoador, la playa que todos elegimos para ver caer el sol en Rio de Janeiro. A esta hora, unos ya brindaron por el ocaso en el morro, otros ya aplaudieron el atardecer en la arena y las luces dibujan las costas de un mar inolvidable. Caprichosamente, un pequeño Cristo Redentor de algodón emerge entre las nubes."

Arriba

Siempre es bueno mirar hacia arriba. Hay otro mundo, hay cosas que no siempre miramos. Y ese edificio de Italia y Pellegrini recortado contra el cielo, los días más diáfanos, siempre es merecedor de una foto.

Una pared, una ventana, un reflejo

El lugar es algo inusual. Es la plaza del Aguaribay, un pequeño espacio verde encajonado entre los edificios de Oroño y Zeballos, en una zona donde dominan los amplios espacios verdes de Rosario.

Me pareció una composición curiosa, algo caprichosa. La pared de ladrillos, el aguaribay tendido sobre el césped (aunque sólo se vean algunas de sus ramas), las ventanas de una clínica y el reflejo de los señoriales edificios de Oroño, con un cielo diáfano e impecable.

Un domingo ideal

No sé si la foto fue sacada un domingo, no importa: tendría que haber sido domingo. El sol entibiaba la primavera en el Parque Independencia (Rosario, AR). El pequeño muelle debe estar allí desde hace tiempo, supongo, aunque quienes vieron la foto aseguran que no recuerdan que haya estado allí antes. Apunta hacia la fuente, en un respetuoso cumplimiento de la regla de los tercios. 

Ay, Argentina...

No es un museo ni un Ministerio. Es el local de Transatlántica de Rioja y Mitre (Rosario). Me recordó al palacio de Tiradentes, en Rio de Janeiro, esos edificios públicos donde exhiben orgullosos los símbolos patrios. De Brasil claro. Acá no es tan fácil encontrar gente orgullosa del lugar donde les tocó nacer. A menos que juegue la selección o haya que definirse entre el campo o el gobierno.

Antes de cruzar

Tekila y yo salimos a peasear todas las tardes y todas las noches. Pero a la tarde es más divertido, ya que también viene con nosotros Eleonora o Wendolin. Se hace difícil encuadrar con Tekila tironeándo de la correa, pero esta vez logré una toma medianamente decente.

¿Dónde está el foco? No sé, creo que no está.