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La pared lumínica
Del martes, 9 de noviembre de 2010
Siempre es divertido jugar con la exposición larga a la noche. El truco es mantener la cámara fija en el estómago... y no respirar por cuatro o cinco segundos. Lo más increíble de esta foto es la cruz verde de la farmacia, que no estaba enfrente sino en la misma vereda desde donde yo sacaba la foto: se reflejó en una de las ventanillas del colectivo.
Guía para felinos
Del sábado, 3 de julio de 2010
Era el instante justo, inalterable, el momento inalterable de Cartier-Bresson (salvando las distancias y el resultado). El gatito, rodeado de charcos y sentado en el pedacito de asfalto seco, mira a la flecha, probablemente a cámara (aunque parezca que observa en sentido contrario). Y la flecha amarilla le da el toque que necesitaba para no parecer un blanco y negro "demasiado" Cartier-Bresson.
Entel
Del viernes, 2 de julio de 2010
Siempre me gustaron esos íconos que permanecen en las veredas, en las calles, que fueron pasado vivo y son presente contemplativo. "Entel", dice la tapa, y la luz tiene cierto aroma a modernidad.
Autorretrato con gente afuera
Del jueves, 1 de julio de 2010
No parece, pero es un colectivo. Afuera estaba plaza Sarmiento, un domingo a la mañana, cuando nada puede pasar excepto la promesa de un día tranquilo, a lo sumo. Fueron varios intentos, éste es el más digno, con una muchacha esperando su ómnibus en la parada.
Atajar
Del martes, 29 de junio de 2010
Sólo un instante fortuito puede regalarnos una buena toma de un perro en plena acción. Las sombras largas del atardecer de invierno juegan a esconder el objeto del deseo de Tekila, la rama a punto de ser capturada. El débil rayo de sol insinúa la boca que se proyecta en una sombra amedrentante. Son dos en uno, Tekila saltando desbocada y su sombra capturando un palo.
Amanece (en algún lugar del mundo)
Del martes, 22 de junio de 2010
La última hora de la tarde suele llegar acompañada de la mejor luz. La luna hamacándose junto al edificio hizo el resto. Y la maleza en el paredón a oscuras me hace imaginar algún monstruo de Disney contemplando el atardecer.
Adonde está la libertad
Del sábado, 19 de junio de 2010
La luz puede ser la mejor aliada de una buena foto o la peor enemiga de un momento mágico. Levanté la cabeza y solamente tuve que disparar. El dramatismo de la luz blanca sobre la paloma encerrada, en un momento mágico donde todo estaba a favor de la foto. Y las diagonales de los marcos también son geniales.
El cielo allá atrás (III)
Del domingo, 23 de agosto de 2009
Mientras esperaba que una de las miles de palomas que andan por esos árboles cruzara justo por donde yo quería, aparecieron dos aviones a chorro. Me fascinan esos aviones.
El cielo allá atrás (II)
Digamos que es parte de una serie. El tronco quebrado por la sobreexposición y la palomita ahí, chiquitita, levantando vuelo.
(¿Hace falta aclarar que esperé como diez minutos con el dedito "así" a que una maldita paloma pasara por ahí?)
(¿Hace falta aclarar que esperé como diez minutos con el dedito "así" a que una maldita paloma pasara por ahí?)
El cielo allá atrás (I)
Bien reventada, con el zoom digital al palo, aunque se hiciera pomada. Esa era la idea. Me parece que ganó una estética un tanto rara, a mí me gusta. Y me encantan todas esas ramas saliendo del sol tapado por las nubes, todo sobreexpuesto.
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