Archives for 01/01/2009 - 02/01/2009

Vivir detrás de Arpoador

Del sábado, 31 de enero de 2009

Allá atrás, el Cristo. Bajando, los morros. Más abajo, la favela, Pavão-Pavãozinho. El parque Garota de Ipanema. Los quioscos, el calçadão. La arena, el posto, la piedra de Arpoador.

De Arpoador hacia las nubes

Del viernes, 30 de enero de 2009

Rio es sinónimo de contrastes y variedad. Su gente, sus formas, sus olores, sus sabores. Pero en la playa de Arpoador es donde definitivamente todo se mezcla y se conjuga. Los turistas italianos con las familias de la favela. Los morros y las nubes. El Cristo y las plazas. Ipanema y Leblon. Ipanema y Copacabana. Los uniformes policiales y las sungas. El mar y las rocas. El chope y el jugo. Las sombrillas y las cangas. Las gordas y los rubios. Los edificios y la arena. El picolé y el biscoito Globo. Los corvos y los perros. Jamás voy a cansarme de disfrutar Arpoador.

Reflejos de yodo y sal (I)

Del jueves, 29 de enero de 2009

Serie de fotos en Arpoador, Rio de Janeiro, en un atardecer maravilloso.

Reflejos de yodo y sal (II)

Del miércoles, 28 de enero de 2009

Serie de fotos en Arpoador, Rio de Janeiro, en un atardecer maravilloso.

Reflejos de yodo y sal (III)

Del martes, 27 de enero de 2009

Dicen los que saben que la mejor hora para fotografiar es a poco del atardecer y hasta un par de horas después del amanecer. Las sombras hacen su parte y la luz se enriquece. No hay discusión al respecto, más aún cuando el atardecer es en la playa de Arpoador.

Prejuicios

Del lunes, 26 de enero de 2009

El prejuicio es prácticamente inevitable. Vimos "Cidade de deus", vemos las caras de los traficantes de la favela en la tele, y cuando vemos el gesto adusto de esta criança teñida de rubio se nos hace difícil evitar las comparaciones. Si tengo que dar mi versión objetiva, en Arpoador estaba con su familia, sus amigos, y tanto ellos como nosotros y otros más rubios y otros más negros compartimos un día de playa delicioso.

Simetría sobre la arena

Del domingo, 25 de enero de 2009

De más está decir que saqué más de veinte fotos de la arena y el pequeño Transformer. Con Claudia chapoteando en la orilla, con el baldecito más adelante, con el dueño del muñeco jugando, con el dueño del muñeco casi imitando la pose del juguete... Pero cuando la paloma, el baldecito, el Transformer y Claudia quedaron prácticamente alineados, me di por satisfecho.

Gatos de playa

Del sábado, 24 de enero de 2009

Quiso el destino que me encontrara en Arpoador con tres especímenes femeninos (quizás turistas, aunque la actitud es de verdaderas cariocas da gema) exhibiendo sus redondeces junto al cartel de uno de los quiosques de la costanera, llamado Cat's, a pasitos de la plaza Garota de Ipanema. La señorita de la derecha impide ver la leyenda "Tá redondo". Nada más que agregar, ¿no?

Corvos

Del viernes, 23 de enero de 2009

Los cariocas los llaman cuervos, casi cariñosamente. Son en realidad coragyps atratus, aunque estos buitres americanos también responden al nombre de zamuro negro, zopilote, chulo, gallinazo, guala, chulo y (en el norte argentino) jote. Dicen que tienen buen olfato. Yo no descuidaría una tira de asado cuando los corvos están dando vueltas.

Celeste sin comparación

Siempre escuchamos hablar de estudios e investigaciones absurdas de la Universidad de Cambridge o los expertos de Columbia. Hubo alguien que decidió averiguar cuál era el cielo más celeste del mundo. Parece que ganó Rio de Janeiro. No conozco muchos cielos, pero podría apostar que tiene razón.

Laguna de Navidad

Del jueves, 22 de enero de 2009

En Rio de Janeiro tenían que tener el árbol de Navidad flotante más grande del mundo. Son más de ochenta metros ("crece" a razón de un metro por año) y está en el centro de la lagoa Rodrigo de Freitas, una laguna enclavada en la zona sur carioca con siete kilómetros y medio de perímetro. Claro, con el Cristo Redentor vigilándo todo desde el cerro Corcovado. Aunque no es raro que el barbudo de los brazos abiertos decida esconderse entre las nubes.

Verde subte

Del miércoles, 21 de enero de 2009

Todo en Rio de Janeiro desborda magia y color. Incluso bajo tierra. Las estaciones más nuevas del metrô combinan partes que parecen talladas en el morro con modernas instalaciones de llamativa iluminación.

Escalera de colores

Del martes, 20 de enero de 2009

Imposible contener la tentación de disparar la cámara una y otra vez ante tamaño derroche de colores.

Selarón

Del lunes, 19 de enero de 2009

El chileno Jorge Selarón quizás sea uno de los personajes más famosos de Rio de Janeiro, y casi seguro el más conocido del barrio de Lapa. Decoró una escalera completa (que ahora lleva su apellido) con azulejos de colores, los que ahora reemplaza de a uno cuando gente del todo mundo le envía mosaicos con motivos de sus países. Para ganarse la vida, dibuja mujeres embarazadas en azulejos que vende a diez reales. Un trabajo que le va a durar toda la vida y tal vez sirva para mantener a algunas otras personas incluso cuando Selarón pase a mejor vida.

Casa de nada

Del domingo, 18 de enero de 2009

No conozco Francia, pero los cariocas más viajados aseguran que el barrio de Lapa es el Montmartre sudamericano. Supongo que esa lluvia pesada y los tonos de gris lo acercan aún más al imaginario parisino. La casa es una belleza de pura fachada, una cáscara vacía que los vecinos (a juzgar por sus muecas poco amigables) no tenían interés en que la fotografiara. Desde luego, no me pareció buena idea retratar a los vecinos.

Accidente urbano

Del sábado, 17 de enero de 2009

El desnivel de la calzada atentaba contra la instalación de la tapa que conduce a las alcantarillas. Es así, en Rio de Janeiro hay que adaptarse a las irregularidades del terreno. El subte surca los morros, las playas serpentean entre los edificios, las calles se acomodan donde pueden y las tapas de las alcantarillas encajan torcidas, montadas entre la vereda, el cordón y el empedrado callejero.

Candelaria gris

Del viernes, 16 de enero de 2009

Candelaria es la iglesia más imponente de Rio de Janeiro. Le da la espalda a Presidente Vargas, la avenida que termina (o comienza) en la iglesia. Adentro es pura suntuosidad. El gris plomizo de las nubes y los pájaros revoloteando le dan un aire nostálgico, mientras el cartel la acerca a su perfil más turístico. No soy un fanático de las iglesias (ni muchísimo menos) pero tienen un encanto que invita a fotografiarlas.

El santo de la guirnalda

Del jueves, 15 de enero de 2009

El blanco y negro le da un aire más dramático a las estatuas, en contraste con la alegría que representan las guirnaldas. La imagino como el retrato de la fiesta que terminó, la bucólica serenidad del día después de las sonrisas y la celebración. Es en la iglesia Imaculada Conceição, en Botafogo.

Perro y gato

Del miércoles, 14 de enero de 2009

Imposible resistir la tentación de fotografiarlos. Jamás iba a imaginar que la instantánea en rua do Catete, ahí donde el barrio empieza a transformarse en Flamengo y a pocas cuadras de Botafogo, me iba a costar un real. La dueña de las mascotas exigió el pago como derecho de autor, sólo por ser la propietaria de los animales.

En los jardines de Catete

Del martes, 13 de enero de 2009

Ya sea en el Jardim Botânico o en los jardines de Catete, Rio se pinta de todas las tonalidades de verde. El aire es otro, incluso el clima y los aromas son distintos. Es un trazo más de la acuarela de la Cidade Maravilhosa.

Sombrillas, lentes, sol

Del lunes, 12 de enero de 2009

El foco está acá nomás, en las sombrillas, pero el vendedor de lentes de sol es la estrella de la foto. Es en Leblon, donde Rio de Janeiro tiene un color más sugestivo.

Ella, el fotógrafo y el mar más allá

Del domingo, 11 de enero de 2009

Las rocas de Leblon se completan en el reflejo de los lentes. Ella es toda la fotografía, pero en los detalles están las rocas, el mar, el fotógrafo, Leblon, Ipanema y hasta Arpoador, allá lejos, pequeñísimo, casi infinito.

Taxi

Del sábado, 10 de enero de 2009

Sobre unas plataformas imposibles, los colores de moda pasean día y noche sobre el calçadão de la Princesinha do Mar, Copacabana. Vaya entonces este homenaje a los taxis de allá y los de acá.

Sobrevolando la piscina infinita

Del viernes, 9 de enero de 2009

Rio de Janeiro nos había recibido todo nublado. Ergo, adiós a las fotografías desde el avión. Pero el telón se descorrió cuando estábamos dando vueltas por el mar, esperando un lugarcito para aterrizar en el Galeão. Salió una buena foto, como para desmitifcar que no hay forma de obtener una buena toma desde esa ínfima ventanilla siempre sucia.

Arpoador alrededor

Del jueves, 8 de enero de 2009

Arpoador es mi playa favorita de la zona sur de Rio de Janeiro y se merecía una panorámica. Es curioso cómo ese mar inmenso se convierte en una pileta casi cuadrada, coronada por la piedra de Arpoador a la izquierda y el morro Dois Irmãos a la derecha.

Ensenada (panorámica de Botafogo)

Del miércoles, 7 de enero de 2009


Foto en Flickr
La ensenada es una perfecta piscina. La playa de Botafogo se dibuja como una medialuna. El azar quiso que encontrara en la terraza del Botafogo Praia Shopping una panorámica inigualable.

Pájaro de la laguna (Pássaro da lagoa)

Del martes, 6 de enero de 2009


Foto en Flickr
Ser pájaro en Rio de Janeiro tiene muchas ventajas. Pero nada como poder disfrutar del barrio de la Lagoa sin tener que trepar al Corcovado.

El ejemplar de la foto es un zamuro negro, jote según la gente del norte argentino, simplemente un corvo de acuerdo con los cariocas.

Saudade

Del lunes, 5 de enero de 2009


Foto en Flickr
Difícilmente algún carioca tenga nostalgia de más allá del Pão de Açúcar. Probablemente el ciclista sólo quiera llevarse a Botafogo en sus retinas y sus pulmones. Así como todos los que pisamos esa arena quisiéramos ser el ciclista.

El mundo es redondo (y pequeño... y raro)

Del domingo, 4 de enero de 2009


Foto en Flickr
Cielo a la izquierda, cielo a la derecha, cemento en el centro. Rua Bolivar, en Copacabana, empieza en el pedacito de cielo de allá, justo donde se dibuja el morro dos Cabritos, y termina del otro lado, donde cariocas y turistas toman sol y se zambullen en el mar. Es una calle pequeña. Como el mundo.

¿Se entiende? Es una panorámica rara... Como el mundo.

Biscoitos Globo

Del sábado, 3 de enero de 2009


Foto en Flickr
No tienen demasiado sabor, tampoco duran mucho en la boca, ni siquiera son muy baratos... Pero si se acompañan con unas vacaciones, la praia de Arpoador, el sol de enero, un mate Leão fresquito y la vista perdida entre las nubes que recorren el morro Dois Irmãos, sí, entonces son inolvidablemente deliciosos.